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diciembre 15, 2021Compartimos la nota publicada en el suplemento Tranquera Abierta del diario Puntal, el día 9 de abril de 2021, en relación a los cultivos de cobertura en Argentina.
El sur de Córdoba, la zona con más cultivos de cobertura del país.
En la última campaña hubo un 19% de productores que optaron por esta práctica a nivel nacional, pero en el extremo provincial el porcentaje trepó hasta el 32. Es históricamente la zona de más arraigo.
Ensayo con avena (Avena sativa) y vicia (Vicia sativa), como cultivos de cobertura.
El interés por cuidar y preservar el recurso suelo sigue aumentando, considerando tanto sus propiedades físicas (estructura, textura, aireación, etc.) como químicas (contenido de nutrientes, materia orgánica, etc.). Esto se enmarca en una constante búsqueda de sistemas agrícolas cada vez más sustentables.La inclusión de cultivos de cobertura en la rotación agrícola provee diferentes servicios ecosistémicos, por tal motivo también suelen denominarse cultivos de servicio.
El Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (ReTAA) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires releva el porcentaje de productores que realizan cultivos de cobertura desde la campaña 2014/15.
La buena noticia es que ese indicador se quintuplicó en sólo 5 campañas, alcanzando un 19% de productores que realizaron cultivos de cobertura en Argentina durante la 2019/20.
Con motivo de mejorar y ampliar este estudio, en la campaña 2019/20 el ReTAA también comenzó a relevar la superficie que ocuparon los cultivos de cobertura, como antecesores a los cultivos de verano.
Y el por qué incentivar la utilización de los cultivos de cobertura es una de las preguntas que se multiplica en distintos ámbitos técnicos y académicos, y sobre ella trabajan desde hace tiempo muchas organizaciones, instituciones y organismos como Aapresid, CREA, CSBC, INTA y FAUBA, entre otros.
Inicialmente los cultivos de cobertura fueron utilizados para controlar problemas de erosión (Inta). La masa vegetal que produce un cultivo de cobertura impide el impacto directo de las gotas de lluvia sobre la superficie, reduce la velocidad de escurrimiento y frena el arrastre de materiales. Asimismo, existen zonas donde la conjunción de suelos frágiles y clima semiárido favorece el proceso de erosión eólica, y los cultivos de cobertura reducen significativamente las pérdidas del recurso (este es el argumento más amplio para justificar la práctica en el sur de Córdoba). De esta manera, mejoran la conservación, las condiciones biológicas, físicas y químicas del suelo.
El suelo es reservorio de vida microbiológica (Inta), los microorganismos necesitan nutrientes vegetales para su estimulación y desarrollo; el uso de cultivos de cobertura puede activar la población natural proveyendo lo que necesitan para aumentar la actividad microbiana. También, la microbiota, tiene un papel fundamental en procesos ecológicos como la transformación de nutrientes, la descomposición de materia orgánica y la promoción del crecimiento.
Además, se adicionan múltiples beneficios en relación a la humedad de los suelos (Aapresid): mejoran la captación, distribución y almacenaje de agua, controlan la recarga del nivel freático y disminuyen el ascenso de sales a la superficie.
A su vez, mejoran los balances carbono y nitrógeno del suelo (INTA), incorporando materia orgánica y aportando nitrógeno por fijación biológica cuando se trabaja con especies leguminosas.
Actualmente, uno de los principales motivos de su adopción se debe a que los cultivos de cobertura compiten con malezas de difícil control con herbicidas, permitiendo un control de las mismas y reduciendo la aplicación de herbicidas, lo cual a su vez reduce el impacto ambiental y el costo económico (Aapresid).
Es importante considerar, no sólo los efectos positivos en el cultivo siguiente durante la rotación, sino extender los beneficios a mediano y largo plazo en todo el sistema productivo (CREA).
La evolución de la práctica
En Argentina la siembra de cultivos de cobertura o de servicio viene creciendo a lo largo de los últimos años y muestra una tendencia positiva hacia el futuro.
Si bien en la campaña 2019/20 solamente el 19% de los productores realizó cultivos de cobertura a nivel nacional, es cinco veces mayor al que se realizaba hace 5 años.
En la campaña 2014/15 se observó un bajo porcentaje de productores que adoptaron la práctica de cultivos de cobertura. Sin embargo ya en ese momento, con el 13%, el sur provincial era la zona de mayor uso de cultivos de cobertura.
En segundo lugar, los porcentajes más altos se encontraron en el norte del país, principalmente en el NOA y NEA oeste. En estas regiones el trigo cumple la función de cobertura principalmente y, si las condiciones climáticas acompañan, es cosechado. En dicha campaña la gran mayoría del trigo se cosechó.
“En el sur de Córdoba se realizaron cultivos de cobertura sobre lotes que provenían de maní. El centeno fue el cultivo más utilizado en la región”, explicó el estudio del ReTAA.
La baja adopción en general estuvo relacionada a lo poco difundida que se encontraba la práctica en aquel momento. Pero ya en la 2016/17, el 20% de los productores del sur provincial la usaban.
Un ajuste en el estudio
En la campaña 2019/20, “el ReTAA incorporó una mejora para relevar los diversos antecesores de los cultivos de gruesa, dentro de los cuales se destaca el porcentaje de área destinada a cultivos de cobertura.
Estos porcentajes obtenidos por cultivo y región fueron ponderados por la superficie del cultivo en cada zona (Datos PAS 2020, departamento de Estimaciones Agrícolas) para obtener los datos agregados a nivel región y país. Para ello se consideró la superficie de girasol, maíz temprano, maíz tardío y soja de primera.
Por definición soja de segunda proviene de otro cultivo y queda excluido del análisis. Sorgo no presentó datos sobre cultivo de cobertura como antecesor en ninguna región, por lo que también quedó desestimado del análisis.
El total sembrado a nivel país en la campaña 2019/20 fue de 352 mil hectáreas, lo que equivale al 1,8% de superficie sobre las 19,5 millones de hectáreas con los cultivos de gruesa mencionados previamente.
Los valores más altos se observan en el sur de Córdoba con 86.900 hectáreas sembradas, seguido de Entre Ríos donde se sembraron 58.700 hectáreas de cultivos de cobertura.
Cuando se compara el área con cultivos de cobertura con el porcentaje de productores que adoptan la práctica, se observan algunas diferencias. Existen zonas como el NEA oeste, Santa Fe norte y norte de La Pampa y oeste de Buenos Aires, donde hay varios productores que realizan poca superficie, con el fin de evaluar y analizar los resultados. Otras regiones, como el sur de Córdoba y centro-este de Entre Ríos, presentaron superficies más extensas con cultivos de cobertura.
Fuente: Diario Puntal